Entonces el rey llamó a Simí y le dijo: “Ve y construye una casa en Jerusalén y quédate allí, pero no salgas ni vayas a ninguna otra parte.
Pero el rey dio esta orden: “Puede volver a su casa, pero no debe venir a verme”. Así que Absalón volvió a su casa, pero no fue a ver al rey.
Absalón vivió en Jerusalén durante dos años, pero no se le permitió ver al rey.
El rey Salomón hizo bajar a Adonías del altar, y éste vino y se inclinó ante el rey Salomón, quien le dijo: “Vete a casa”.
Un rey sabio separa a los malvados con un aventador y luego los castiga cuando hace el trillado.
Cuando el rey se sienta a emitir un juicio, puede ver lo que no está bien.