“Por favor, dale a Abisag de Sunem a tu hermano Adonías como esposa”, respondió ella.
Así que buscaron por todo el país de Israel una joven hermosa y encontraron a Abisag, de la ciudad de Sunem, y la llevaron ante el rey.
Era muy hermosa, y cuidaba al rey, atendiendo sus necesidades, pero él no tenía relaciones sexuales con ella.