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Referencias Cruzadas

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1 Reyes 2:15

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“Sabes que el reino era mío -declaró-, y todos en Israel esperaban que yo fuera su próximo rey. Pero todo se ha vuelto del revés y el reino ha pasado a mi hermano, porque así lo ha querido el Señor.

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19 Referencias Cruzadas  

David consoló a su esposa Betsabé y le hizo el amor. Ella dio a luz a un hijo y lo llamó Salomón. El Señor amaba al niño,

Un mensajero vino a decirle a David: “Absalón tiene la lealtad de los hombres de Israel”.

Absalón trataba así a todos los israelitas que acudían al rey para que les hiciera justicia. De esta manera captó la lealtad de los hombres de Israel.

“¡Claro que no!” respondió Husai. “Estoy del lado del elegido por el Señor, por el ejército y por todo el pueblo de Israel. Me mantendré leal a él.

Queliab (segundo), cuya madre fue Abigail, viuda de Nabal, de Carmel; Absalón (tercero), cuya madre fue Maaca, hija del rey Talmai, de Gesur;

Adonías (cuarto), cuya madre fue Haguit; Sefatías (quinto), cuya madre fue Abital;

Porque cuando llegues al final de tu vida y te unas a tus antepasados en la muerte, llevaré al poder a uno de tus descendientes, a uno de tus hijos, y me aseguraré de que su reino tenga éxito.

Pues hoy ha ido a sacrificar muchas reses, terneros cebados y ovejas, y ha invitado a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y al sacerdote Abiatar. En este momento están comiendo y bebiendo con él, gritando: ‘¡Viva el rey Adonías!’

Entonces el sacerdote Sadoc, el profeta Natán y Benaía, hijo de Joyadá, junto con los cereteos y los peleteos, fue y colocó a Salomón en la mula del rey David, y lo condujo hasta el manantial de Gihón.

El sacerdote Sadoc tomó el cuerno que contenía aceite de oliva de la Tienda y ungió a Salomón. Luego tocaron la trompeta, y todo el pueblo gritó: “¡Viva el rey Salomón!”.

Adonías, hijo de Jaguit, comenzó aautoproclamarse, diciendo: “¡Voy a ser rey!”. Y dispuso carros y jinetes para él, y cincuenta hombres para que corrieran delante de él.

“Tengo algo que me gustaría pedirte”, continuó. “Continúa”, dijo ella.

Ahora sólo tengo que pedirte una cosa: por favor, no digas que no”. “Dime”, dijo ella.

El rey Salomón respondió a su madre: “¿Por qué diablos me pides que le dé a Abisag a Adonías? Es como si me pidieras que le diera el reino a mi hermano. Él es mi hermano mayor, y el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Sarvia, están de su lado”.

Toda la sabiduría, entendimiento e instrucción que puedas lograr no son nada delante del Señor.

Él revela cosas profundas y misteriosas. Sabe lo que hay en las tinieblas, y la luz vive en su presencia.




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