Entonces el Señor le dijo a Elías:
Y Abraham llamó a aquél lugar “El Señor proveerá”.Esa es una frase que la gente usa aun hoy: “El Señor proveerá en esta montaña”.
Un tiempo después, el arroyo se secó porque no había llovido en la tierra.
“Vete de aquí y vete a Sarepta, cerca de Sidón, y quédate allí. He dado instrucciones a una viuda de allí para que te proporcione comida”.
Los pobres y los necesitados buscan agua, pero no la encuentran; sus lenguas están secas de sed. Yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Por eso podemos decir con toda confianza: “Es Señor es mi ayudador, por lo tanto no temeré. ¿Qué puede hacerme cualquier persona?”