“No estoy causando problemas a Israel”, respondió Elías. “¡Eres tú y la familia de tu padre! Han rechazado los mandatos del Señor y están adorando a los baales.
Jehú envió el anuncio por todo Israel. Todos los seguidores de Baal acudieron; no faltó ni un solo hombre. Entraron en el templo de Baal, llenándolo de punta a punta.
Sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, pero no como los de su padre y su madre, pues se deshizo de la imagen de piedra de Baal que había hecho su padre.