Una vez terminado el período de luto, David mandó traerla a su palacio, y ella se convirtió en su esposa y le dio un hijo. Pero lo que David había hecho estaba mal ante los ojos del Señor.
El Señor se enojó con Moisés y le dijo: “Ahí está tu hermano Aarón, el levita. Sé que habla bien. Viene camino para encontrarse contigo y se alegrará mucho de verte.
“Lamento haber hecho rey a Saúl, porque ha dejado de seguirme y no ha hecho lo que le ordené”. Samuel se molestó y clamó al Señor durante toda la noche.