Rezón fue el enemigo de Israel durante toda la vida de Salomón, lo que se sumó a los problemas que causó Hadad. Rezón realmente odiaba a Israel, y era el gobernante de Aram.
Pero Jacob criticó a Simeón y a Leví, diciéndoles: “¡Me habéis causado muchos problemas! Me has hecho como un mal olor entre la gente de este país, entre los cananeos y los ferezeos. Sólo tengo unos pocos hombres, y si esta gente se reúne para atacarme, yo y toda mi familia seremos aniquilados”.
Ahitofel le dijo: “Ve a dormir con las concubinas de tu padre, las que él dejó aquí para cuidar el palacio. Así todos en Israel se darán cuenta de que has ofendido tanto a tu padre que no hay vuelta atrás, lo que animará a todos tus partidarios”.
Además, Jeroboam, hijo de Nabat, se rebeló contra el rey. Uno de los funcionarios de Salomón, era un efraimita de Seredá. Su madre era una viuda llamada Serúa.
Salió al encuentro de Asa y le dijo: “Escúchame, Asa y todo Judá y Benjamín. El Señor está con ustedes mientras estén con él. Si lo buscan, lo encontrarán; pero si lo abandonan, él los abandonará a ustedes.