El rey Salomón hizo doscientos escudos de oro martillado. Cada escudo requería seiscientos siclos de oro martillado.
David tomó los escudos de oro que le pertenecían a los oficiales de Hadad-ezer y los llevó a Jerusalén.
Los brotes y las ramas deben hacerse con el candelabro como una sola pieza, modelada con martillo en oro puro.