Le dijeron a Salomón: “Adonías está aterrorizado de Su Majestad. Se ha aferrado a los cuernos del altar, diciendo: ‘¡Que el rey Salomón jure hoy que no me matará a mí, su siervo!’”
Adonías estaba aterrorizado por Salomón, así que salió corriendo. Fue y se agarró a los cuernos del altar.
Salomón contestó: “Si es un hombre honorable, no se le caerá ni un pelo. Pero si se muestra malvado, morirá”.