Entonces el rey David dijo: “Llama por mí al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaía, hijo de Joyadá”. Cuando llegaron,
Benaía, hijo de Joiada, estaba a cargo de los queretanos y peletanos; y los hijos de David eran sacerdotes.
Pero no me invitó a mí, tu siervo, ni al sacerdote Sadoc, ni a Benaía, hijo de Joyadá, ni a tu hijo Salomón.
Entonces el sacerdote Sadoc, el profeta Natán y Benaía, hijo de Joyadá, junto con los cereteos y los peleteos, fue y colocó a Salomón en la mula del rey David, y lo condujo hasta el manantial de Gihón.
Pero el sacerdote Sadoc, Benaía, hijo de Joyadá, el profeta Natán, Simí, Rei y la guardia de David no estaban de parte de Adonías.