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Referencias Cruzadas

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1 Reyes 1:29

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Y el rey hizo un juramento, diciendo: “Vive el Señor, que me ha salvado de toda clase de problemas, tal como te juré anteriormente por el Señor, el Dios de Israel,

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19 Referencias Cruzadas  

el Ángel que me ha salvado de todo tipo de problemas, bendiga a estos muchachos. Que mi nombre y los nombres de mi abuelo Abraham y de mi padre Isaac continúen a través de ellos, y que tengan muchos descendientes que se extiendan por toda la tierra”.

David se puso absolutamente furioso con lo que hizo aquel hombre, y le dijo airadamente a Natán “¡Vive el Señor, que el hombre que hizo esto debe ser condenado a muerte!

Pero David respondió a Recab y a su hermano Baná, hijos de Rimón de Berot: “Vive el Señor, que me ha salvado de todas mis angustias,

El rey David respondió: “Llama a Betsabé de mi parte”. Entonces Betsabé entró y se presentó ante el rey.

Elías el tisbita, (de Tisbe en Galaad), le dijo a Acab: “¡Vive el Señor, el Dios de Israel, al que sirvo, que en los años venideros no habrá rocío ni lluvia si yo no lo digo!”

Vive el Señor, tu Dios, que no hay nación ni reino donde mi amo no haya enviado a alguien a buscarte. Cuando una nación o reino dijo que no estabas, él les hizo jurar que no podían encontrarte.

Así que juro que, vive el Señor, que me afirmó como rey y me colocó en el trono de mi padre David, haciéndome cabeza de una dinastía como lo había prometido, Adonías será ejecutado hoy”.

Pero la madre del muchacho le dijo: “¡Vive el Señor y vives tú, no me iré sin ti!”. Así que él se levantó y se fue con ella.

Pero Eliseo respondió: “Vive el Señor, al que sirvo, que no aceptaré nada”. Aunque Naamán trató de persuadirlo para que aceptara el regalo, éste se negó.

cuando Giezi, el siervo de Eliseo, el hombre de Dios, pensó para sí: “¡Mira cómo mi amo ha dejado ir a Naamán el sirio sin aceptar los regalos que trajo! Vive el Señor, que correré tras él y le sacaré algo”.

Nos rescató de nuestros enemigos. Porque su gran amor perdura para siempre.

Aunque camine entre muchos problemas, tú me proteges. Llegas a donde mí y me defiendes de la ira de los que me odian, tus manos fuertes me salvan.

Él los rescata de la violencia y la opresión, porque sus vidas son de gran valor para él.

“Esos eran mis hermanos, los hijos de mi madre”, estalló Gedeón. “¡Vive el Señor, si los hubieran dejado vivir, no los mataría a ustedes!”.

¡Juro por la vida del Señor que salva a Israel que, aunque sea mi hijo Jonatán, tendrá que morir!” Pero nadie en todo el ejército dijo nada.

Pero el pueblo le dijo a Saúl: “¿Tiene que morir Jonatán, el que logró esta gran victoria en Israel? ¡De ninguna manera! Juramos por la vida del Señor que ni un solo cabello de su cabeza caerá al suelo, pues fue con la ayuda de Dios que logró esto hoy”. El pueblo salvó a Jonatán, y éste no murió.

Saúl aceptó lo que Jonatán tenía que decir y prometió con un juramento “Juro por la vida del Señor que no lo matarán”.

Luego enviaré a un muchacho y le diré: ‘¡Ve a buscar las flechas!’ Si le digo concretamente: ‘Mira, las flechas están a este lado; tráelas aquí’, entonces te juro por la vida del Señor que puedes salir sin peligro.




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