Y ahora que Pedro estaba consciente de lo que había sucedido, fue a la casa de María, la madre de Juan Marcos. Y muchos creyentes se habían reunido allí y estaban orando.
Aristarco, quien está aquí conmigo en la prisión, les manda sus mejores deseos; del mismo modo Marcos, el primo de Bernabé (ya ustedes han recibido instrucciones para recibirlo si llega a visitarlos),
Esta carta viene de parte del anciano a la dama escogida y a sus hijos, a quienes amo en la verdad. No solo de mi parte, sino de parte de todos los que conocen la verdad,
Y gritó con voz poderosa: “¡Babilonia la grande ha colapsado y ha quedado en ruinas! Se ha convertido en el lugar donde habitan los demonios, en el refugio de todo espíritu inmundo, y cueva de toda ave impura y espantosa.