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Referencias Cruzadas
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1 Pedro 2:24

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Tomó las consecuencias de nuestros pecados sobre sí mismo en su cuerpo en la cruz para que nosotros pudiéramos morir al pecado y vivir en justicia. “Por sus heridas, somos sanados”.

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50 Referencias Cruzadas  

Entonces Abraham hizo que Isaac cargara la leña para la ofrenda que debía quemar, mientras que él llevaba el fuego y el cuchillo, y caminaron juntos.

Él sana a los de corazón quebrantado, y venda las heridas.

Me estoy ahogando en culpa. La carga es muy pesada de llevar.

Aarón lo llevará en la frente, para que se responsabilice de la culpa de las ofrendas que hagan los israelitas, y esto se aplica a todas sus santas ofrendas. Debe permanecer siempre en su frente para que el pueblo sea aceptado en la presencia del Señor.

Los azotes espantan la maldad; los golpes limpian hasta adentro.

Después de su sufrimiento, verá los resultados y quedará satisfecho. A través de su conocimiento, mi siervo que hace lo que es correcto, enderezará a muchos, y cargará con sus pecados.

El macho cabrío tomará sobre sí mismo todos sus pecados y se irá a un lugar lejano, y el hombre lo enviará al desierto.

Los sacerdotes deben hacer lo que yo les exija, para que no se hagan culpables y mueran por no haberlo hecho, tratando mis exigencias con desprecio. Yo soy el Señor que los hace santos.

Pero para los que tienen reverencia por mi, el sol de la salvación de Dios brillará con curación en sus alas, y serán liberados, saltando como terneros que han sido liberados de sus establos.

“A los israelitas ya no se les permite acercarse al Tabernáculo de Reunión, de lo contrario cometerán una ofensa y morirán.

un novillo, un carnero y un cordero macho de un año como holocausto,

Entonces Pilato liberó a Barrabás, pero mandó a azotar a Jesús y a crucificarlo.

Les digo que a menos que la justicia de ustedes no sea mayor que la justicia de los maestros religiosos y de los Fariseos, no podrán entrar nunca al reino de los cielos.

Esto cumplió lo que el profeta Isaías dijo: “Él sanó nuestras enfermedades y nos libertó de nuestras dolencias”.

Por complacer a la turba, Pilato liberó a Barrabás. Primero mandó a azotar a Jesús y luego lo entregó para que lo crucificaran.

“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la buena noticia al menesteroso. Me ha enviado para proclamar que los prisioneros serán puestos en libertad, los ciegos verán, los oprimidos serán liberados,

Al día siguiente, Juan vio que Jesús se acercaba a él, y dijo: “¡Miren, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!

Entonces Pilato llevó a Jesús y mandó que lo azotaran.

En toda nación, Dios recibe a aquellos que lo respetan y hacen lo recto.

“Nosotros podemos dar testimonio de todo lo que él hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo en una cruz.

Después de haber cumplido todo lo que se había predicho que ellos le harían a Jesús, lo bajaron de la cruz y lo sepultaron en una tumba.

El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús de los muertos, al que ustedes mataron, colgándolo en una cruz.

De esta misma manera, ustedes deben considerarse muertos al pecado, pero vivos para Dios, por medio de Jesucristo.

y no usen ninguna parte de su cuerpo como herramientas de pecado para el mal. Por el contrario, conságrense a Dios como quienes han sido traídos de vuelta a la vida, y usen todas las partes de su cuerpo como herramientas para hacer el bien para Dios.

¿No se dan cuenta de que si ustedes se someten a alguien, y obedecen sus órdenes, entonces son esclavos de aquél a quien obedecen? Si ustedes son esclavos del pecado, el resultado es muerte; si obedecen a Dios, el resultado es que serán justificados delante de él.

¡Por supuesto que no! Pues si estamos muertos al pecado, ¿cómo podríamos seguir viviendo en pecado?

Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han convertido en esclavos de Dios, los resultados serán una vida pura, y al final, vida eterna.

Todo el que ha muerto, ha sido liberado del pecado.

Pero ahora hemos sido libertados de la ley, y hemos muerto a lo que nos encadenaba, a fin de que podamos servir de un nuevo modo, en el Espíritu, y no a la manera de la antigua letra de la ley.

Yo les di lo que yo mismo también recibí, un mensaje de vital importancia: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme dice la Escritura;

“Así que abandónenlos y apártense de ellos, dice el Señor. No toquen nada impuro, y los aceptaré”.

Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición de la ley al convertirse en maldición por nosotros. Como dice la Escritura: “Maldito todo aquél que es colgado en un madero”.

(y el fruto de la luz es todo lo bueno y verdadero),

llenos de los frutos de una vida justa gracias a Jesucristo, y dar gloria y alabanza a Dios.

Él borró el registro de nuestras deudas conforme a la Ley que estaba escrita contra nosotros; él derribó este muro al clavarla en la cruz.

Si murieron con Cristo a las exigencias religiosas en las que insiste este mundo, ¿por qué se sujetarían a tales exigencias como si aún fueran parte de este mundo?

Ustedes ya murieron, y sus vidas están seguras con Cristo, en Dios.

por medio del cual todos somos santificados a través de Jesucristo, quien ofrece su cuerpo una vez y para siempre.

Por eso, cuando Cristo vino al mundo dijo: “Tú no querías sacrificios ni ofrendas, sino que preparaste un cuerpo para mí.

Tracen un camino recto sobre el cual caminar, para que los que son inválidos no se descarríen, sino que sean sanados.

Él es justamente el sumo sacerdote que necesitamos: santo y sin falta, puro y apartado de los pecadores, y con un lugar en lo más alto de los cielos.

del mismo modo ocurre con Cristo. Pues al haber sido sacrificado una sola vez para quitar los pecados de muchos, vendrá otra vez, no para hacerse cargo del pecado, sino para salvar a quienes lo esperan.

Admitan unos delante de otros los errores que han cometido, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración sincera de los justos es eficaz.

Si ustedes saben que él es bueno y justo, entonces también deben saber que todo el que hace lo justo ha nacido de Dios.

Queridos amigos, no dejen que nadie los engañe: los que hacen justicia son justos, así como Jesús es justo.

justo en medio de la calle principal de la ciudad. A ambos lados del río estaba el árbol de la vida, que producía doce cosechas de frutas, una cada mes. Las hojas del árbol eran usadas para la sanidad de los pueblos de todas las naciones.




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