Esta agua simboliza el bautismo que los salva ahora, no limpiando la suciedad de sus cuerpos, sino como una respuesta positiva a Dios, que surge de una conciencia limpia. La resurrección de Jesús es la que posibilita la salvación.
Si aceptamos la evidencia que dan los testigos humanos, entonces la evidencia que da Dios es más importante. La evidencia que Dios da es su testimonio sobre su Hijo.