Todos ellos eran descendientes de los jefes de familia de Aser, hombres selectos, fuertes guerreros y grandes líderes. Según su genealogía, tenían 26.000 guerreros listos para la batalla.
Ese día se convocó a un total de veintiséis mil hombres armados con espadas de las ciudades de Benjamín, además de los setecientos guerreros experimentados de Guibeá.