“Y si me dicen: ‘Confiamos en el Señor nuestro Dios’, ¿acaso no quitó Ezequías sus lugares altos y sus altares, diciéndole a Judá y a Jerusalén: ‘Tienen que adorar en este altar de Jerusalén’?
Entonces Salomón comenzó a construir el Templo del Señor en Jerusalén, en el monte Moriah, donde el Señor se apareció a su padre David. Este era el lugar que David había dispuesto: la antigua era de Ornán el jebuseo.
¿No fue Ezequías quien destruyó los lugares altos y los altares de este dios y les dijo a Judá y a Jerusalén, ‘Deben adorar en este único altar, y ofrecer sacrificios en él solamente’?
entonces el Señor su Dios elegirá un lugar donde vivir con ustedes. Allí es donde llevarán todo lo que les he ordenado hacer: sus holocaustos y sacrificios, sus diezmos y ofrendas voluntarias, y todos los regalos especiales que prometan darle al Señor.
Sino que los ofrecerás solamente en el lugar que el Señor elija, en el territorio de una de tus tribus. Allí es donde deben hacer todo lo que les ordeno.