Joab informó al rey del número de personas que habían sido contadas. En Israel había 800.000 hombres combatientes que podían usar la espada, y en Judá había 500.000.
Joab, hijo de Sarvia, había comenzado el censo, pero no lo terminó. Israel fue castigado a causa de este censo, y los resultados no fueron registrados en la cuenta oficial del rey David.