Entonces Hanún detuvo a los embajadores de David y los mandó a afeitar, y además les cortó la túnica a la altura de las nalgas. Entonces los envió de vuelta.
Pero los príncipes amonitas le dijeron a Hanún: “¿De verdad crees que David honra a tu padre enviándote a estos hombres para consolarte? ¿Acaso no crees que han venido sólo a espiar la tierra para encontrar la manera de conquistarla?”
Luego informaron a David de lo que había sucedido con estos hombres. Entonces David envió mensajeros a los hombres para decirles: “Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba, y entonces podrán regresar”.
Pero ellos ridiculizaban a los mensajeros de Dios, despreciaban sus advertencias y se burlaban de sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo fue provocada a tal punto que no pudo ser contenida.
Los habitantes de Dibón suben a su Templo para llorar en sus lugares altos. Los moabitas lloran sobre las ciudades de Nebo y Medeba. Todas las cabezas se han afeitado, todas las barbas se han cortado en señal de luto.
así el rey de Asiria conducirá a los prisioneros egipcios y a los exiliados etíopes, jóvenes y viejos, desnudos y descalzos. Sus nalgas estarán desnudas, para vergüenza de Egipto.
llegó un grupo de ochenta hombres de Siquem, Silo y Samaria. Se habían afeitado la barba, se habían rasgado la ropa y se habían cortado. Llevaban ofrendas de grano e incienso para el Templo del Señor.