Estoy hablando como necio, pero ustedes me obligaron a hacerlo. Ustedes deberían haber estado hablando bien de mí, pues de ninguna manera soy inferior a estos “súper apóstoles”, aunque no soy nada.
puesto que están demandando una prueba de que Dios está hablando a través de mí. Él no es débil para tratarlos; más bien obra con poder en medio de ustedes.
Este es mi consejo: sería bueno que terminaran lo que comenzaron. El año pasado ustedes fueron no solo los primeros en dar sino también los primeros en querer hacerlo.
Así que todo el que rechaza esta enseñanza, no está rechazando lo que dice un ser humano, sino que está rechazando a Dios, quien es el que da su Espíritu Santo.