¿Acaso ustedes no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Las personas que son inmorales, idólatras, adúlteros, pervertidos sexuales, homosexuales,
Los malvados deben cambiar sus costumbres y dejar de pensar en hacer algo malo. Deben volverse al Señor para que él tenga misericordia de ellos. Vuelvan a nuestro Dios, porque él es generoso con su perdón.
aunque el padre no actúe así en absoluto. El hijo va a los santuarios paganos en las montañas para comer una comida religiosa. Tiene relaciones sexuales con la mujer de otro.
“Los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres como con una mujer habrán hecho algo repugnante. Deben ser ejecutados; ellos son culpables de su castigo.
Entonces me dijo: “Esta es la maldición que caerá sobre todo el mundo. Cualquiera que roba será purgado de entre la sociedad, según un lado del rollo. Cualquiera que jura con engaño, será purgado de entre la Sociedad, según el otro lado del rollo”.
Todos los que dejan su hogar, a sus hermanos, a sus hermanas, a sus padres, a sus madres, a sus hijos y sus campos por mi causa, recibirán cien veces más y recibirán la vida eterna.
Entonces el rey dirá a los de su derecha: ‘vengan ustedes, benditos de mi Padre, hereden el reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo.
“Asegúrense que nadie los engañe”, les advirtió Jesús. “Muchas personas vendrán afirmando que soy yo, diciendo, ‘¡Aquí estoy!’ y ‘¡Ha llegado la hora!’ pero no los sigan.
Ahora los encomiendo al cuidado de Dios y al mensaje de su gracia, el cual puede edificarlos y darles la heredad que pertenece a los que son santificados.
Y Pablo debatió con ellos sobre vivir rectamente, sobre el dominio propio, y sobre el juicio venidero. Félix se intranquilizó y le dijo a Pablo: “Vete ahora, y enviaré a buscarte cuando tenga la oportunidad”.
No obstante, les digo, mis hermanos y hermanas: nuestros cuerpos presentes no pueden heredar el reino de Dios. Estos cuerpos mortales no pueden heredar lo eterno.
Escucho informes de que hay inmoralidad sexual entre ustedes, un tipo de inmoralidad que ni siquiera los extranjeros practican. ¡Un hombre viviendo con la esposa de su padre!
Y no me refería a la gente inmoral de este mundo que tiene codicia y engaña a otros, o a los que son idólatras, pues de ser así tendrían que irse de este mundo.
Lo que quise decir cuando les escribí es que no deben juntarse con cualquiera que se haga llamar cristiano y sea inmoral, codicioso, o idólatra; o que sea abusador, borrachón o engañador. ¡Ni siquiera se sienten a comer con alguien así!
¡Manténganse lejos de la inmoralidad sexual! Todos los demás pecados que la gente comete ocurren fuera del cuerpo, pero la inmoralidad sexual es un pecado contra sus propios cuerpos.
¿Acaso no concuerdan conmigo en que hay muchos corredores en una carrera, pero solo uno recibe el premio? ¡Entonces corran de la mejor manera posible, para que puedan ganar!
Me temo que cuando vaya de visita, mi Dios me humillará en presencia de ustedes, y que estaré lamentándome por muchos que han pecado antes, y que aún no se han arrepentido de impureza, inmoralidad sexual, y los actos indecentes que cometieron.
Pero los cobardes, los que no confían en mí, los que hacen cosas aborrecibles, los asesinos, los que comenten inmoralidad sexual, los que practican hechicería, los que adoran ídolos, los mentirosos, tienen su lugar escogido en el lago que arde con fuego y azufre. Esta es la segunda muerte”.
“Los que están fuera de la ciudad son perros, así como los que practican brujería, inmoralidad sexual, asesinato, idolatría, y los que inventan y aman la mentira.
Mientras se divertían, llegaron unos depravados del pueblo, rodearon la casa y golpearon la puerta, gritando al anciano dueño de la casa: “Saca al hombre que vino a quedarse en tu casa para que tengamos sexo con él”.