Sus dirigentes son rebeldes, amigos de ladrones. A todos les gustan los sobornos y quieren recibir sobornos. No defienden los derechos de los huérfanos, y se niegan a ayudar a las viudas.
“La gente de este país es chantajista y ladrona. Maltratan a los pobres y a los necesitados y explotan a los extranjeros, tratándolos de manera totalmente injusta.
Entonces vio una higuera junto al camino, y se dirigió hacia ella pero no encontró ningún fruto, sino solamente hojas. Entonces le dijo a la higuera: “¡Ojalá que nunca más puedas producir fruto!” E inmediatamente la higuera se marchitó.
“¡Pero qué desastre viene sobre ustedes, maestros religiosos y Fariseos hipócritas! Ustedes cierran de golpe las puertas del reino de los cielos en el rostro de la gente. No entran ustedes mismos, ni dejan entrar a quien está tratando de hacerlo.
Él no decía esto porque le interesaran los pobres, sino porque era un ladrón. Él era quien administraba el dinero de los discípulos y a menudo tomaba de ese dinero para sí mismo.
Ahora los encomiendo al cuidado de Dios y al mensaje de su gracia, el cual puede edificarlos y darles la heredad que pertenece a los que son santificados.
No obstante, les digo, mis hermanos y hermanas: nuestros cuerpos presentes no pueden heredar el reino de Dios. Estos cuerpos mortales no pueden heredar lo eterno.
Lo que quise decir cuando les escribí es que no deben juntarse con cualquiera que se haga llamar cristiano y sea inmoral, codicioso, o idólatra; o que sea abusador, borrachón o engañador. ¡Ni siquiera se sienten a comer con alguien así!
envidia, embriaguez, banquetes, y cosas semejantes. Tal como les advertí antes, les vuelvo a advertir: ninguna persona que se comporte de esta manera heredará el reino de Dios.
Los que son ladrones, dejen de robar y trabajen productivamente y con honestidad con sus manos, para que tengan algo que brindar a quienes lo necesitan.
Ustedes saben que ciertamente ninguna persona que cometa inmoralidad sexual, indecencia, que sea codiciosa, o idólatra heredará cosa alguna en el reino de Cristo y de Dios.
No engañen ni se aprovechen de otros cristianos en estos asuntos, porque el Señor es el que ejerce juicio en todas estas cosas, como ya se los hemos explicado claramente, y como ya les advertimos.