Y pensé: ‘Que lo que diga Su Majestad me traiga la paz, pues Su Majestad es capaz de distinguir entre el bien y el mal, como un ángel de Dios. Que el Señor, tu Dios, esté contigo’”.
Los que siguen sus órdenes no se verán involucrados en hacer el mal. La gente sabia piensa, reconociendo que hay un tiempo correcto, y una manera correcta.
Mis hermanos y hermanas, no pude hablar con ustedes como si hablara con creyentes espirituales, sino como con personas del mundo, como si hablara con cristianos recién nacidos.
Así que no juzguen a nadie antes del tiempo correcto: cuando el Señor venga. Él traerá a la luz los secretos más oscuros que están ocultos, y revelará los motivos de las personas. Dios le dará a cada quien la alabanza que le corresponda.
Mis amigos, si alguno se extravía por causa del pecado, ustedes, que son espirituales, deberían traerle de regreso con espíritu de mansedumbre. Y cuídense de no ser tentados también.
Por eso, desde que oímos de esto, seguimos orando por ustedes, pidiendo a Dios que les de entendimiento de su voluntad para ustedes y para que les conceda todo tipo de sabiduría y entendimiento espiritual.