Entonces la iglesia los envió de viaje, y mientras viajaban por Fenicia y Samaria, explicaban cómo los extranjeros se estaban convirtiendo, y esto alegraba mucho a los creyentes.
Y los que acompañaban a Pablo lo llevaron muy lejos, hasta Atenas, y regresaron con instrucciones que Pablo envió a Silas y a Timoteo para que ellos fueran a acompañarlo tan pronto como fuera posible.
Cuando se acabó nuestro tiempo de estar allí, partimos y regresamos al barco para seguir nuestro viaje. Todos los creyentes, y las esposas e hijos, nos acompañaron al marcharnos de la ciudad. Allí en la playa nos arrodillamos y oramos, y nos despedimos.
Y como el Puerto no era suficientemente grande para el invierno, la mayoría estuvieron a favor de que nos fuéramos e hiciéramos lo posible por llegar a pasar el invierno en Fenice, un puerto que está en Creta, y que da de frente con el noreste y el sureste.
Después de permanecer allí tres meses zarpamos en un barco de Alejandría que tenía por insignia a los Gemelos Celestiales que había pasado el invierno en la isla.
pues iría desde donde están ustedes a Macedonia, y luego volvería desde Macedonia a donde ustedes nuevamente. Luego yo les habría pedido que me enviaran de camino a Judea.