Mi amor, por favor, dime a dónde vas a llevar tu rebaño. ¿Dónde los harás descansar al mediodía? Porque ¿por qué tengo que llevar un velo mientras te busco entre los rebaños de tus compañeros?
Aquellos que guardan mis mandamientos son los que me aman; aquellos que me aman, serán amados por mi Padre. Yo también los amaré, y me revelaré en ellos”.
Si yo no les hubiera dado una demostración mediante cosas que nadie ha hecho antes, ellos no serían culpables de pecado; pero a pesar de haber visto todo esto, me odiaron a mí y también a mi Padre.
Jesús respondió: “Si Dios fuese realmente el padre de ustedes, ustedes me amarían. Yo vine de Dios y estoy aquí. No fue mi propia decisión venir, sino la de Uno que me envió.
Y fueron donde los jefes de los sacerdotes y los líderes y dijeron: “Hemos tomado un voto solemne de no comer ni beber hasta que hayamos matado a Pablo.
Permítanme ser claro con ustedes: ninguno que habla en el Espíritu de Dios dice: “¡Maldigan a Jesús!” y ninguno puede decir: “¡Jesús es el Señor!” excepto por el Espíritu Santo.
Dios no hubiera sido injusto como para olvidarse de lo que ustedes han hecho y del amor que le han demostrado mediante el cuidado que han brindado a los hermanos creyentes, lo cual es algo que todavía siguen haciendo.
Él es muy valioso para todos ustedes los que creen. Pero para los que no creen, “La piedra que los constructores rechazaron, y que llegó a ser la piedra angular del fundamento”.