No obstante, les digo, mis hermanos y hermanas: nuestros cuerpos presentes no pueden heredar el reino de Dios. Estos cuerpos mortales no pueden heredar lo eterno.
“Verdaderamente eres bendito, Simón hijo de Juan”, le dijo Jesús. “Porque esto no te fue revelado por carne ni sangre humana, sino por mi Padre que está en el cielo.
Entonces el rey dirá a los de su derecha: ‘vengan ustedes, benditos de mi Padre, hereden el reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo.
Permítanme explicarles lo que quiero decir. Todos ustedes andan diciendo: “Yo sigo a Pablo”, o “Yo sigo a Apolo”, o “Yo sigo a Pedro”, o “Yo sigo a Cristo”.
Es enterrado como un cuerpo natural, pero es levantado como un cuerpo espiritual. Pues así como hay cuerpos naturales, también hay cuerpos espirituales.
“La comida es para el estómago y el estómago es para la comida”, pero Dios destruirá a ambos. Además, el cuerpo no debe ser usado para la inmoralidad, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.
¿Acaso ustedes no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Las personas que son inmorales, idólatras, adúlteros, pervertidos sexuales, homosexuales,
Les digo, hermanos y hermanas, que el tiempo es corto, y de ahora en adelante, para los que están casados puede que parezca como si no estuvieran casados,
Sabemos que cuando esta “tienda de campaña” terrenal en la que vivimos sea derribada, tenemos una casa preparada por Dios, no hecha por manos humanas. Es eterna, y está en el cielo.
El Señor me rescatará de todas las cosas malas que me han hecho, y me llevará salvo a su reino. Porque suya es la gloria por siempre y para siempre. Amén.