Sus palabras son como flechas lanzadas desde un arco. La mentira se impone a la verdad en todo el país. Van de mal en peor y se olvidan de mí, declara el Señor.
El capitán del barco se acercó a Jonás y le preguntó: “¿Cómo es que puedes estar durmiendo? Levántate y ora a tu Dios. Quizás así se dará cuenta de lo que pasa y no nos ahogaremos”.
Como no consideraron la importancia de conocer a Dios, él los dejó a merced de su forma de pensar inútil e infiel, y dejó que hicieran lo que nunca debe hacerse.
Ustedes deben hacer esto porque pueden darse cuenta de cuán urgente es este tiempo, que ha llegado la hora de que despierten de su sueño. Porque la salvación está más cerca de nosotros ahora que cuando por primera vez creímos en Dios.
Y al decirles esto quiero que se sientan avergonzados. ¿Qué? ¿Acaso no pueden encontrar a una persona sabia entre ustedes que pueda arreglar la disputa que tienen?
Pero no todo el mundo tiene este “conocimiento”. Algunos hasta ahora se han acostumbrado tanto a los ídolos como realidad, que cuando comen alimentos sacrificados a un ídolo, su conciencia (que es débil) les dice que se han contaminado a sí mismos.