Porque nos nacerá un niño, se nos dará un hijo. Él llevará la responsabilidad de gobernar. Se llamará Consejero maravilloso, Dios poderoso, Padre eterno, Príncipe de la paz.
Pues el mismo David dijo, inspirado por el Espíritu Santo: ‘El Señor dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies”’.
Le diste autoridad sobre todas las cosas”. No quedó nada por fuera cuando Dios le dio autoridad sobre todas las cosas. Sin embargo, vemos que no todo está sujeto a su autoridad todavía.