Hermanos y hermanas, si yo vengo a ustedes hablando en lenguas, ¿qué beneficio les aportaría si no les traigo una revelación, un conocimiento, o un mensaje profético, o una enseñanza?
Señor, tú eres mi fuerza y mi fortaleza, mi lugar seguro en el tiempo de angustia. Vendrán a ti naciones de toda la tierra, y dirán: “¡La religión de nuestros antepasados era una total mentira! Los ídolos que adoraban eran inútiles, no servían para nada.
Presten atención a esto declara el Señor, me opongo a los que profetizan sueños ficticios. Los cuentan para llevar a mi pueblo al pecado con sus mentiras descabelladas. Yo no los envié ni les di instrucciones, y no le hacen ningún bien a nadie, declara el Señor.
Entonces Jesús oró: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas de las mentes de los inteligentes y sabios. Por el contrario, las has revelado a personas comunes.
“Verdaderamente eres bendito, Simón hijo de Juan”, le dijo Jesús. “Porque esto no te fue revelado por carne ni sangre humana, sino por mi Padre que está en el cielo.
Estoy convencido de que ustedes, mis hermanos y hermanas, están llenos de bondad, y que están llenos de todo tipo de conocimiento, de modo que están bien capacitados para enseñarse unos a otros.
Ahora les ruego, mis hermanos creyentes: cuídense de los que causan discusiones y confunden a las personas de la enseñanza que han aprendido. ¡Aléjense de ellos!
tal como yo mismo trato de agradar a todos en todo lo que hago. No pienso en lo que me beneficia, sino en lo que beneficia a otros, para que puedan ser salvos.
¡Hagan del amor su objetivo más importante! Pero también hagan su mejor esfuerzo para lograr los dones espirituales, especialmente la capacidad de predicar el mensaje de Dios.
Incluso cuando se trata de objetos sin vida, tal como los instrumentos musicales, como la flauta o el harpa: si no producen notas claras ¿cómo sabremos qué melodía se está tocando?
Además, como las revelaciones fueron tan asombrosas, y para que no pudiera enorgullecerme de ello, se me dio una “espina en la carne”—un mensajero de Satanás, para herirme a fin de que no me volviera orgulloso.
Oro para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les conceda un espíritu de sabiduría para que lo vean y lo conozcan como él es realmente.
Los que de nosotros son maduros espiritualmente deben pensar de esta manera, y si ustedes piensan de manera diferente, entonces Dios les revelará esto.
Esas son las cosas que debes recordarle a la gente, diciéndoles ante Dios que no tengan discusiones vanas en cuanto a las palabras. Porque hacer esto solo hace daño a quien escucha.
Que prediques la palabra de Dios, sea conveniente o no, y dile a las personas lo que están haciendo mal; dales consejo y ánimo. Y enséñales esto con mucha paciencia.
Puedes confiar en lo que te digo, y quiero que hagas énfasis en estas instrucciones para que los que creen en Dios tomen su vida con seriedad y sigan haciendo el bien. Ellos son excelentes personas y siempre están prestos a ayudar a todos.
No se distraigan con distintas clases de enseñanzas extrañas. Es mejor que la mente esté convencida por gracia y no por leyes en lo que concierne a los alimentos. Los que seguían tales leyes no lograron nada.
Todos aquellos que se vuelven extremistas y no siguen la enseñanza de Cristo, ni tienen a Dios. Los que siguen la enseñanza de Cristo tienen tanto al Padre como al Hijo en ellos.