Siempre estoy orando por ustedes, tal como Dios mismo puede confirmarlo, el Dios al cual sirvo con todo mi corazón al compartir la buena noticia de su Hijo.
Pero si el hecho de que estamos equivocados ayuda a demostrar que Dios está en lo correcto, ¿qué debemos concluir? ¿Que Dios se equivoca al pronunciar juicio sobre nosotros? (Aquí estoy hablando desde una perspectiva humana).
¿Qué es, entonces, lo que quiero decir? Que ninguna cosa sacrificada a ídolos tiene significado alguno, ¿o acaso un ídolo existe realmente? ¡Por supuesto que no!
Entonces, hermanos y hermanas, ¿qué deben hacer? Cuando se reúnan, que distintas personas canten, o enseñen, o prediquen un mensaje especial, o hablen en lenguas, o den una interpretación. Pero todo debe hacerse para edificar y animar a la iglesia.
¿Y qué? Lo único que me importa es que Cristo está siendo mostrado de todas las formas, ya sea por fingimiento o por verdadera convicción. ¡Eso es lo que me hace feliz, y seguiré sintiéndome feliz por ello!
Dejen que el mensaje de Cristo habite completamente en ustedes. De las maneras más sabias instrúyanse unos a otros por medio de salmos e himnos y cantos espirituales, alabando a Dios con sus corazones.