El ojo no puede decirle a la mano: “No te necesito”, o la cabeza decirle al pie: “no te necesito”.
“Todos los que me escuchaban me alababan; los que me veían me elogiaban,
Y si todo el cuerpo fuera un ojo, ¿cómo podríamos escuchar? O si todo el cuerpo fuera un oído, ¿cómo podríamos oler?
Sin embargo, como hay muchas partes, asi se conforma el cuerpo.
Muy por el contrario: algunas de esas partes que parecen ser las menos importantes son las más esenciales.
Entonces David le dijo a Abigail: “¡Alabado sea el Señor, el Dios de Israel, que te ha enviado hoy a mi encuentro!