El primer día del festival del pan sin levadura, los discípulos vinieron donde Jesús y le preguntaron: “¿Dónde quieres que preparemos la cena de la Pascua para ti?”
Pablo estaba predicando el primer día de la semana y estábamos reunidos para partir el pan. Él estaba planeando partir en la mañana, y siguió predicando hasta la media noche.
Cuando damos gracias a Dios por la copa que usamos en la Cena del Señor, ¿acaso no participamos de la sangre de Cristo? Y cuando partimos el pan de la comunión, ¿acaso no participamos del cuerpo de Cristo?
Esta carta viene de Pablo, un apóstol no designado por ninguna organización o autoridad humana. Muy por el contrario, fui designado por Jesucristo y Dios, el Padre, quien levantó a Jesús de entre los muertos.
Escuchen, yo les he enseñado los preceptos y normas tal y como el Señor mi Dios me ordenó, para que puedan seguirlos en el país al que van a entrar y poseer.