Si tu hermano creyente se siente ofendido por ti, en términos de comidas, entonces ya tu conducta no es de amor. No destruyas a alguien por quien Cristo murió por la comida que eliges comer.
Entonces, hermanos y hermanas, ¿qué deben hacer? Cuando se reúnan, que distintas personas canten, o enseñen, o prediquen un mensaje especial, o hablen en lenguas, o den una interpretación. Pero todo debe hacerse para edificar y animar a la iglesia.
La gente dice: “Yo soy libre de hacer cualquier cosa”, ¡pero no todo es apropiado! “Yo soy libre de hacer cualquier cosa”, ¡Pero no permitiré que eso tenga control sobre mí! La gente dice:
Ahora, en cuanto a la “comida sacrificada a ídolos”. Ya “todos tenemos conocimiento” sobre este tema. El conocimiento nos hace orgullosos, pero el amor nos fortalece.
Simplemente cuídense de no usar esta libertad que tienen para comer alimentos sacrificado a ídolos para ofender a los que tienen una actitud más débil.
Quizás ustedes están pensando que todo este tiempo hemos estado tratando de defendernos a nosotros mismos. No, hablamos de Cristo ante Dios. Todo lo que hacemos, amigos, es por beneficio de ustedes.
No usen lenguaje sucio. Digan palabras que animen a las personas cuando sea necesario, de tal modo que sean palabras de ayuda para quienes los escuchan.
Ellos no deberían preocuparse por leyendas ni obsesionarse interminablemente en cuanto a linajes. Tales ideas solo conducen a debates sin sentido, y no a una comprensión de Dios mediante la fe en él.