Entonces el ángel del Señor fue al campamento asirio y mató a 185.000 de ellos. Cuando los supervivientes se despertaron por la mañana, estaban rodeados de cadáveres.
Como dice la Escritura: “Yo te he hecho el padre de muchas naciones”. Porque en presencia de Dios, Abraham creyó en el Dios que hace resucitar a los muertos y trajo a la existencia lo que no existía antes.
Sin embargo, usamos palabras de sabiduría para hablar con los que son espiritualmente maduros, pero esta no es una sabiduría que viene de este mundo, o de los gobernantes de este mundo que rápidamente van desapareciendo.
Estoy hablando como necio, pero ustedes me obligaron a hacerlo. Ustedes deberían haber estado hablando bien de mí, pues de ninguna manera soy inferior a estos “súper apóstoles”, aunque no soy nada.
De la misma manera que quiso hacerlos prósperos y aumentar su número, ahora los aniquilará y los destruirá. Serán desarraigado del país que van a poseer.
Y como los hijos tienen en común carne y sangre, él participó de su carne y sangre del mismo modo, para así destruir por medio de la muerte a aquél que tiene el poder de la muerte—el diablo—
¡En solo una hora toda esta riqueza ha quedado destruida!” Cada capitán de barco y todos los que viajan en el mar, así como todos los marineros y todos los que se ganan la vida trabajando en el mar, se quedaron en pie a la distancia.