Ahora escuchen, ustedes los ricos: ¡lloren a gritos por las desgracias que van a sufrir!
El sol, cuando sale, seca la planta con su fuerte calor. A esta se le cae la flor, y pierde su belleza. Así también desaparecerá el rico junto con sus empresas.
Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero».
¡Pero ustedes han humillado al pobre! Ya olvidaron que son los ricos quienes los maltratan a ustedes y los llevan ante los tribunales.
Muestren su dolor, lloren; ¡que se oiga su lamento! Que su risa se convierta en llanto y su alegría, en tristeza.