¿Quién eres tú para criticar al esclavo de otro? Si hace bien o hace mal, es un asunto que solo interesa a su señor. Pero el esclavo será capaz de hacerlo bien, porque el Señor tiene poder para ayudarlo.
Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás. Al juzgar a otros, te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas.
Por eso puede salvar por completo a los que se acercan a Dios por medio de él. Y puede hacerlo porque vive para siempre, y nunca dejará de hablar a Dios en favor de ellos.
Les voy a enseñar más bien a quién deben temer: tengan miedo del que, después de dar muerte, tiene poder para echarlos al infierno. Sí, les aseguro que a él deben tenerle miedo.