Si no le dan lo que necesita, ¿de qué le servirá que le digan: «Que le vaya bien; abríguese y coma hasta quedar lleno»?
El amor debe ser sincero. Rechacen el mal; aférrense al bien.
No les estoy dando órdenes. Lo que quiero es probar la sinceridad de su amor en comparación con la dedicación de los demás.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: ―Siento compasión de esta gente porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. No quiero despedirlos sin comer, no sea que se desmayen por el camino.
Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer. Tuve sed, y me dieron de beber. Fui extranjero, y me dieron alojamiento.
Necesité ropa, y me vistieron. Estuve enfermo, y me atendieron. Estuve en la cárcel, y me visitaron”.
―¡Hija, tu fe te ha sanado! —le dijo Jesús—. Vete en paz y queda sana de tu aflicción.