Por ejemplo, la casada está unida por ley a su esposo solo mientras este vive. Pero, si su esposo muere, ella queda libre de la ley que la unía a su esposo.
La mujer está unida a su esposo mientras él vive. Pero, si el esposo muere, ella queda libre para casarse con quien quiera, siempre y cuando se case con un cristiano.
Por eso, si se casa con otro hombre mientras su esposo vive, se la considera adúltera. Pero, si muere su esposo, ella queda libre de esa ley. No es adúltera aunque se case con otro hombre.
Pero ahora, esos deseos no nos dominan. Es como si hubiéramos muerto, quedando libres de la Ley, para servir a Dios. Ahora servimos a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu. Ya no lo hacemos como antes, obligados a obedecer mandamientos escritos.