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Referencias Cruzadas

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Romanos 10:3

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

No aceptan que solo Dios nos puede declarar justos. Por eso se esfuerzan en ser declarados justos por sus buenas acciones. No aceptan la salvación que Dios les ofrece.

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34 Referencias Cruzadas  

Quiero estar unido a él, pero eso no lo ganaré tratando de ser justo por mi obediencia a la Ley. Solo se gana al creer en Cristo, pues, por medio de él, Dios nos acepta como justos. Él nos acepta por medio de la fe.

Él les dijo: «Ustedes se hacen los buenos ante la gente, pero Dios conoce sus corazones. Dense cuenta de que aquello que la gente tiene en gran estima es detestable delante de Dios.

Cristo no cometió pecado alguno, pero, por amor a nosotros, Dios lo trató como pecador, para declararnos justos por medio de Cristo.

Por la desobediencia de uno solo, muchos pecaron. Pero ahora, por la obediencia de uno solo, muchos serán declarados justos.

De hecho, este mensaje nos dice que Dios nos declara justos. Y Dios hace esto solo porque hemos creído en él. Ese ha sido su plan desde el principio, tal como dicen las Escrituras: «El justo vivirá para siempre, gracias a la fe».

Dios declara como justos a todos los que creen en Jesucristo. De hecho, Dios no hace diferencia,

Pero él quería justificar sus acciones, así que le preguntó a Jesús: ―¿Y quién es mi prójimo?

Los saluda Simón Pedro, servidor y apóstol de Jesucristo. Dirijo esta carta a los que han confiado en Cristo de manera tan preciosa como lo hemos hecho nosotros. Esa confianza nos la ha dado nuestro Dios y Salvador Jesucristo, quien ha demostrado ser justo.

Pero ahora, en este tiempo, Dios nos ofrece el perdón por medio de la fe en Jesucristo. De este modo Dios nos dice que él es justo y que declara justos a los que tienen fe en Jesús.

Puedo declarar en favor de ellos que en verdad desean agradar a Dios. Pero ese deseo demuestra que les falta conocimiento.

Luego Isaías se atreve a decir: «Dejé que me hallaran los que no me buscaban. Me di a conocer a los que no preguntaban por mí».

¿A qué conclusión llegamos? Pues que Israel no consiguió lo que tanto deseaba, pero sí lo consiguieron los elegidos. Los demás fueron muy tercos,




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