Esta buena noticia es acerca de lo que Dios ya había prometido en las sagradas Escrituras por medio de sus profetas.
Tenemos confianza en que tendremos vida eterna, pues Dios, que no miente, así lo había prometido antes de la creación del mundo.
Así lo había prometido hace mucho tiempo por medio de sus santos profetas.
Pero ahora, sin necesidad de la Ley, Dios nos ha declarado justos, tal como se anunciaba en los libros de la Ley y los Profetas.
Mucho, desde cualquier punto de vista. En primer lugar, a los judíos se les confió el mensaje de Dios.
De él dan testimonio todos los profetas, que todo el que cree en él recibe, por medio de su nombre, el perdón de los pecados.
Y ahora me juzgan por la esperanza que tengo en la promesa que Dios hizo a nuestros antepasados.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta:
»Nosotros les anunciamos a ustedes la buena noticia respecto a la promesa que Dios hizo a nuestros antepasados.