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Referencias Cruzadas

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Mateo 9:27

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Al irse Jesús de allí, dos ciegos lo siguieron, gritándole: ―¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!

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24 Referencias Cruzadas  

Una mujer cananea de aquella región salió a su encuentro, gritando: ―¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada.

Los ciegos ven, los cojos andan y los que tienen lepra son sanados. Los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia.

Y le dijo: ―Señor, ten compasión de mi hijo. Le dan ataques y sufre terriblemente. Muchas veces cae en el fuego o en el agua.

¿Acaso no dice la Escritura que el Cristo vendrá de los hijos de David, y de Belén, el pueblo de donde era David?».

En ese mismo momento Jesús sanó a muchos que tenían enfermedades, dolores y espíritus malignos, y les dio la vista a muchos ciegos.

―¡Bendito el reino venidero de nuestro padre David! ―¡Hosanna en las alturas!

Muchas veces lo ha echado al fuego y al agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos.

Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás gritaba: ―¡Hosanna al Hijo de David! ―¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ―¡Hosanna en las alturas!

Lista de antepasados de Jesucristo, que fue descendiente de David y de Abraham:

Pero, cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley vieron que hacía cosas maravillosas y que los niños gritaban en el Templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se molestaron.

Ellos son el pueblo de nuestros antepasados. Cristo, como ser humano, nació de padres israelitas, pero él es Dios y gobierna sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre! Amén.

Pero Jesús les preguntó: ―¿Cómo es que dicen que el Cristo es hijo de David?

gritaron: ―¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!

Habla de su Hijo que según la naturaleza humana era descendiente de David.

Cuando entró en la casa, se le acercaron los ciegos, y él les preguntó: ―¿Creen que puedo sanarlos? ―Sí, Señor —le respondieron.

Una gran cantidad de personas seguía a Jesús cuando él salía de Jericó con sus discípulos.




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