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Referencias Cruzadas

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Mateo 9:18

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Mientras él les decía esto, un dirigente judío llegó, se arrodilló delante de él y le dijo: ―Mi hija acaba de morir. Pero ven y pon tu mano sobre ella y vivirá.

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25 Referencias Cruzadas  

Un hombre que estaba enfermo de lepra se le acercó y se arrodilló delante de él. ―Señor, si quieres, puedes sanarme —le dijo.

Molesto porque Jesús había sanado en sábado, el jefe de la sinagoga intervino y le dijo a la gente: ―Hay seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para ser sanados, y no el sábado.

María llegó adonde estaba Jesús. Al verlo, se arrojó a sus pies y le dijo: ―Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.

les dijo: ―Váyanse. La niña no está muerta, sino dormida. Entonces empezaron a burlarse de él.

Al terminar la lectura de la Ley y los Profetas, los jefes de la sinagoga mandaron a decirles: «Amigos, si tienen algún mensaje de aliento para el pueblo, hablen».

Entonces Jesús le dijo: ―Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá.

Cierto dirigente le preguntó: ―Maestro bueno, ¿qué debo hacer para obtener la vida eterna?

Había allí un capitán del ejército romano cuyo siervo, a quien él estimaba mucho, estaba enfermo, a punto de morir.

Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban.

Cuando llegaron a donde estaba la gente, un hombre se acercó a Jesús y se arrodilló delante de él.

La mujer se acercó y, arrodillándose delante de él, le suplicó: ―¡Señor, ayúdame!

Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: ―Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios.

Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó juntamente con ellos a Jesús y, arrodillándose, le pidió un favor.

Los discípulos fueron a despertarlo. ―¡Señor —gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar!

Tampoco se echa vino nuevo en recipientes de cuero viejos. De hacerlo así, se reventará el cuero, se derramará el vino y los recipientes se arruinarán. Más bien, el vino nuevo se echa en recipientes nuevos, y así ambos se conservan.

Jesús se levantó y fue con él, acompañado de sus discípulos.

El padre de Publio estaba en cama, enfermo con fiebre y disentería. Pablo entró a verlo y, después de orar, puso sus manos sobre él y lo sanó.




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