A cierta distancia de ellos estaba alimentándose una gran cantidad de cerdos.
Como en una colina se estaba alimentando una gran cantidad de cerdos,
Como había una gran cantidad de cerdos alimentándose en la colina, le rogaron a Jesús que los dejara entrar en ellos. Así que él les dio permiso.
»No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.
De pronto le gritaron: ―¿Por qué te metes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a castigarnos antes del tiempo señalado?
Los demonios le rogaron a Jesús: ―Si nos echas fuera, mándanos a los cerdos.