Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno.
Porque esos malos deseos van en contra del Espíritu, y el Espíritu va en contra de los malos deseos. Los dos se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren.
Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo.
Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego.
»Ningún árbol bueno da fruto malo; tampoco da buen fruto el árbol malo.