Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Este es un glotón y un borracho, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores”. Pero, la sabiduría demuestra ser buena por sus resultados».
En cambio, el cobrador de impuestos se había quedado a cierta distancia, y ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo. Él se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!”.
Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la iglesia; y, si incluso a la iglesia no le hace caso, trátalo como un no creyente o un cobrador de impuestos corrupto.
»Cuídense de no hacer sus buenas obras delante de la gente para llamar la atención. Si actúan así, su Padre que está en los cielos no les dará ninguna recompensa.
Sucedió que, estando Jesús a la mesa en casa de Leví, muchos cobradores de impuestos y pecadores se sentaron a comer con él y sus discípulos. Eran ya muchos los que lo seguían.
Cuando los maestros de la Ley que eran fariseos vieron con quién comía, les preguntaron a sus discípulos: ―¿Por qué Jesús come con cobradores de impuestos y con pecadores?
Luego, Leví le ofreció a Jesús un gran banquete en su casa, y había allí muchos cobradores de impuestos y otras personas que estaban comiendo con ellos.
Pero los fariseos y los maestros de la Ley, que eran de un mismo grupo, criticaban a los discípulos de Jesús: ―¿Por qué comen y beben ustedes con cobradores de impuestos y con pecadores?