Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, donde está Dios. La ciudad parecía una novia hermosamente preparada y vestida para su prometido.
»“El cielo es mi trono, y la tierra, el lugar donde pongo mis pies. ¿Qué clase de casa me construirán? —dice el Señor—. ¿O qué morada me pueden ofrecer?