Sobre todo, hermanos en la fe, no juren ni por el cielo ni por la tierra ni por ninguna otra cosa. Que su «sí» sea «sí», y su «no», «no», para que no sean castigados por Dios.
»“El cielo es mi trono, y la tierra, el lugar donde pongo mis pies. ¿Qué clase de casa me construirán? —dice el Señor—. ¿O qué morada me pueden ofrecer?