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Referencias Cruzadas

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Mateo 5:18

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Les aseguro que, mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la Ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido.

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82 Referencias Cruzadas  

Es más fácil que desaparezcan el cielo y la tierra que deje de cumplirse el más pequeño mandamiento de la Ley.

pero el mensaje del Señor permanece para siempre». Y este es el mensaje de la buena noticia que se les ha anunciado a ustedes.

Les aseguro que todas estas cosas sucederán antes de que muera la gente de este tiempo.

Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. En su presencia desaparecieron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno.

Entonces Jesús afirmó: ―Les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace. Todo lo que hace el Padre, lo hace también el Hijo.

―Por la poca fe que tienen —les respondió—. Les aseguro que, si tuvieran fe tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá”, y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible.

Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino.

Les aseguro que muchos profetas y otros justos anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.

Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del hombre.

»Por eso, cuando des a los necesitados, no lo hagas saber a todos, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente los aplauda. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa.

Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.

Te aseguro que cuando eras más joven te vestías tú mismo e ibas adonde querías. Pero, cuando seas viejo, extenderás las manos y otro te vestirá y te llevará adonde no quieras ir.

En aquel día ya no me pedirán nada. Les aseguro que mi Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.

Les aseguro que ustedes llorarán de dolor, mientras que el mundo se alegrará. Se pondrán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.

Les aseguro que el que cree en mí, las obras que yo hago también él las hará. Y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre.

Jesús le respondió: ―¿Tú darás la vida por mí? Te aseguro que antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.

Les aseguro que ningún siervo es más que su amo. Y ningún mensajero es más que el que lo envió.

Les aseguro que, si la semilla de trigo no cae en tierra y muere, se queda sola. Pero, si muere, produce mucho fruto.

Por eso, volvió a decirles: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.

»Les aseguro que el que no entra por la puerta al redil de las ovejas es un ladrón y un bandido. Por eso trepa y se mete por otro lado.

Jesús les dijo: ―Les aseguro que, antes de que Abraham naciera, ¡yo soy!

Les aseguro que el que cumple mi palabra nunca morirá.

―Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado —respondió Jesús—.

―Les aseguro —afirmó Jesús— que, si no comen la carne del Hijo del hombre ni beben su sangre, no tienen realmente vida.

Les aseguro que el que cree tiene vida eterna.

―Les aseguro que no fue Moisés el que les dio a ustedes el pan del cielo —afirmó Jesús—. El que da el verdadero pan del cielo es mi Padre.

Jesús les respondió: ―Les aseguro que ustedes me buscan no porque han visto señales milagrosas, sino porque comieron pan hasta llenarse.

Te aseguro que hablamos de lo que sabemos. Y damos testimonio de lo que hemos visto personalmente. Sin embargo, ustedes no aceptan nuestro testimonio.

―Te aseguro que quien no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—.

―Te aseguro que quien no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.

Y añadió: ―Les aseguro que ustedes verán abrirse el cielo. Y verán a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.

―Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso —le contestó Jesús.

―Les aseguro —respondió Jesús— que todo el que haya dejado casa, esposa, hermanos, padres o hijos por causa del reino de Dios

Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará en él».

Pues bien, la casa de ustedes va a quedar abandonada. Y les aviso que ya no volverán a verme hasta que digan: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”».

Dichosos los siervos a quienes su señor encuentre pendientes de su llegada. Créanme que el señor se ajustará la ropa, hará que los siervos se sienten a la mesa, y él mismo se pondrá a servirles.

Sí, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que murió entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que de todo esto se le pedirán cuentas a esta gente.

―Te aseguro —le contestó Jesús— que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez, me negarás tres veces.

Les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta aquel día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.

Mientras estaban sentados a la mesa comiendo, dijo: ―Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar.

Les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique la buena noticia, se contará también, en memoria de esta mujer, lo que ella hizo.

Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Les aseguro que esta viuda pobre ha echado en el tesoro más que todos los demás.

Les aseguro que, si alguno le dice a este monte: “¡Quítate de ahí y tírate al mar!”, creyendo, sin tener la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.

―Les aseguro —respondió Jesús— que todo el que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o terrenos por mi causa y la de la buena noticia

Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará en él».

Les aseguro que cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre por ser ustedes de Cristo no perderá su recompensa.

Y añadió: ―Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto el reino de Dios llegar con poder.

Él lanzó un profundo suspiro y dijo: «¿Por qué pide esta gente una señal milagrosa? Les aseguro que no se le dará ninguna señal».

Y, si en algún lugar no los reciben bien o no los escuchan, al salir de allí sacúdanse el polvo de los pies. Esto será como una advertencia contra ellos».

Les aseguro que todos los pecados y las ofensas se les perdonarán a todos por igual,

Él les responderá: “Les aseguro que todo lo que no hicieron por el menos importante de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí”.

El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el menos importante, lo hicieron por mí”.

“¡La verdad, no las conozco!”, respondió él.

Les aseguro que lo pondrá a cargo de todos sus bienes.

Pero él les dijo: ―¿Ven todo esto? Les aseguro que no quedará piedra sobre piedra, pues todo será derribado.

Les aseguro que todo esto vendrá sobre esta gente.

¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?». ―El primero —contestaron ellos. Jesús les dijo: ―Les aseguro que los cobradores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes en el reino de Dios.

―Les aseguro que, si tienen fe y no dudan —les respondió Jesús—, no solo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este monte: “¡Quítate de ahí y tírate al mar!”, y así se hará.

―Les aseguro —respondió Jesús— que en la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

―Les aseguro —comentó Jesús a sus discípulos— que es difícil para un rico entrar en el reino de los cielos.

»Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra quedará atado en el cielo y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.

Entonces dijo: ―Les aseguro que, a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos.

Les aseguro que entre la gente no se ha levantado nadie más importante que Juan el Bautista. Sin embargo, el menos importante en el reino de los cielos es más importante que él.

Y quien dé siquiera un vaso de agua fresca a uno de mis discípulos menos importantes, les aseguro que no perderá su recompensa».

Les aseguro que en el día del juicio el castigo para Sodoma y Gomorra será más tolerable que para ese pueblo.

Al oír esto, Jesús se asombró y dijo a quienes lo seguían: ―Les aseguro que no he encontrado en Israel a nadie que tenga tanta fe.

»Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que ponen esa cara para mostrar que están ayunando. Les aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa.

Pues bien, les aseguro que a ningún profeta lo aceptan en su propia tierra.




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