Todos los días estaba con ustedes en el Templo, y no se atrevieron a ponerme las manos encima. Pero ya ha llegado la hora de ustedes, cuando reinan las tinieblas.
y le dijo: ―Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo, porque la Escritura dice: »“Ordenará que sus ángeles te lleven en brazos, para que no tropieces con piedra alguna”».
No hay duda de que son grandes las verdades de nuestra fe: Cristo se presentó como hombre; fue declarado justo por el Espíritu, visto por los ángeles, y anunciado entre las naciones. El mundo ha creído en él, y Dios lo recibió con gloria.