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Referencias Cruzadas

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Mateo 3:2

Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».

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61 Referencias Cruzadas  

Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».

«Se ha cumplido el tiempo —decía—. El reino de Dios está cerca. ¡Arrepiéntanse y crean la buena noticia!».

En su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.

Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en los cielos.

La tristeza que Dios causa produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, por eso no hay que lamentar esa tristeza. Pero la tristeza que causa el mundo produce la muerte.

Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca”.

Por tanto, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, para que sean borrados sus pecados. Así vendrán tiempos de descanso de parte del Señor.

Les digo que así mismo se alegran los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.

¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes morirán, a menos que se arrepientan.

Pero, si echo fuera a los demonios con el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el reino de Dios.

El Señor no tarda en cumplir su promesa, como algunos piensan. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie muera sin haberse arrepentido.

Pues bien, Dios pasó por alto aquellos tiempos de tal ignorancia. Sin embargo, ahora manda que todos, en todas partes, se arrepientan.

Al oír esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo: ―¡Así que también a los no judíos Dios les ha dado oportunidad de arrepentirse y tener vida eterna!

―Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo.

Él entonces dirigió la mirada a sus discípulos y dijo: «Dichosos ustedes los pobres, porque el reino de Dios les pertenece.

―Todo maestro de la Ley que ha sido instruido acerca del reino de los cielos es como el dueño de una casa, que de lo que tiene guardado saca tesoros nuevos y viejos.

»También se parece el reino de los cielos a una red echada al lago, que atrapa peces de toda clase.

Les contó otra parábola más: «El reino de los cielos es como la levadura que una mujer tomó y mezcló en una gran cantidad de harina, hasta que hizo crecer toda la masa».

Los habitantes de Nínive se levantarán en el juicio contra esta gente y la condenarán; porque ellos se arrepintieron al escuchar la predicación de Jonás. Y aquí tienen ustedes a uno más importante que Jonás.

Cuando tengas que corregir a tus enemigos, hazlo con humildad, con la esperanza de que Dios les permita arrepentirse y así conozcan la verdad.

Él nos libró del oscuro poder de Satanás y nos trasladó al reino de su amado Hijo.

A judíos y a griegos les he dicho que se arrepientan ante Dios y que crean en nuestro Señor Jesús.

Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.

¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes morirán, a menos que se arrepientan».

Entonces los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.

Los doce salieron y animaban a la gente a que se arrepintiera.

Así se apareció Juan, bautizando en el desierto y predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece.

«Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.

Le he dado tiempo para que se arrepienta de sus pecados sexuales, pero no quiere hacerlo.

Les contó otra parábola: «El reino de los cielos es como una semilla de mostaza que un hombre sembró en su campo.

Él les respondió: ―A ustedes se les ha permitido conocer los secretos del reino de los cielos; pero a ellos, no.

Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y Dios les añadirá todas estas cosas.

¡Recuerda cómo eras antes! Arrepiéntete y vuelve a hacer las cosas que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro.

Por eso, dejemos a un lado las enseñanzas elementales acerca de Cristo, y avancemos hacia la madurez. No volvamos a verdades elementales, tales como la necesidad de arrepentirse de cosas que llevan a la muerte eterna, para luego creer en Dios.

Al contrario, comencé a predicar en muchos lugares. Primero, en Damasco, luego en Jerusalén y en toda Judea. Después, les prediqué a los no judíos y les pedí que se arrepintieran y obedecieran a Dios. Les dije además que hicieran lo bueno, para que demostraran su arrepentimiento.

«El reino de los cielos es como un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo.

»El reino de los cielos será entonces como diez jóvenes solteras que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio.

»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Les cierran a los demás el reino de los cielos, y ni entran ustedes ni dejan entrar a los que intentan hacerlo.

»Así mismo el reino de los cielos se parece a un propietario que salió de madrugada a contratar obreros para su viñedo.

»Por eso el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.

Entonces comenzó Jesús a denunciar a las ciudades en que había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían arrepentido.

Igualmente, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca.

“No les harán caso, padre Abraham —respondió el rico—; en cambio, si se les presentara uno de entre los muertos, entonces sí se arrepentirían”.

»El reino de los cielos será también como un hombre que, al iniciar un viaje, llamó a sus siervos y les encargó sus bienes.

Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo.

Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas, anunciando la buena noticia del reino y sanando toda enfermedad y dolor entre la gente.

Hará que muchos israelitas vuelvan a obedecer al Señor su Dios.




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