Un día Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan lo bautizara.
Pero, al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Entonces, advertido por Dios en sueños, se retiró al territorio de Galilea
Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.
Pero Juan trató de impedírselo, diciéndole: ―Yo soy el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?
Yo ni siquiera lo conocía, pero, para que él se revelara al pueblo de Israel, vine bautizando con agua».